martes, 8 de marzo de 2011

Mujer



Mujer madre.

No busco lugar para resguardo lejos de tu abrigo, más bien lo encuentro cerca de tu ombligo. Mi casa no deja de ser tu vientre, ese que un día me sirvió de barrera frente a los males del mundo.

Fui bien recibido por tu voz, que calmó los llantos de primavera caótica. Mis pies no tumbaron con el asfalto porque tu mano tendías ante mi miedo al futuro.

Mis palabras medianamente transitaron un camino elegante, porque tu intelectual frescura puso cada letra donde debía estar.

Ahí estabas vos madre, donde te necesité el día en que las responsabilidades me desbordaron. Tu le agregaste suavidad a los golpes de la niñez.

Las decisiones de los adultos repercutieron de manera exagerada en mi crecimiento sentimental, pero supiste eliminar mis heridas con inteligencia y amor, sobre todas las cosas.

El respeto, la solidaridad y la amistad, definen por sobremanera el legado que has dejado en este hombre.

Tienes que saber, madre, que las horas que recorro día a día se hacen éxito o experiencia, definitivamente gracias a ese soplo de aire que me diste al concebirme.


Mujer compañera.

No seré completo sino te tengo a mi lado, hechizando cada segundo con tus colores.

Si recorriera los bosque de pino, tu mano sería imprescindible para no perecer en la búsqueda del camino.

Aprender del contorno de tu cuerpo, y alimentar cada una de tus personalidades rocía mi calma con la canción mas bella.

Tu pelo me sabe a dulce, me sabe a paz.

Que nunca dejes de bailar me vuelve hombre, tu dinamismo me condena a vivir en tu jardín.

Siempre te amaré, no porque seas mía o dejes de serlo.

Siempre te amaré, por el solo hecho de ser mujer.


"A mi no me han robado una costilla, me han pedido prestado un corazón."