miércoles, 23 de febrero de 2011

Soy buen jardinero


El cielo no se va a caer si tenemos siempre a mano un retazo de sonrisas.

Hay demonios alados que saben bien cuando besar. Pero no existirían sino contaran con peatones de ocasión, que de vez en vez les ofrecen un poco de tabaco.

Tiras de su cola y la estrepitosa atención de la gente te llena los oídos de ilusiones, te hace sentir fuente de luz.

Mas te palpa el alma, mas te ahogas en su tristeza disfrazada de malbec.

Cuando sus sábanas hablan cantan boleros y el aliento se esquirla en el aire. Una postal de placer que añoro profundamente.

De todos modos cada día tiene un atardecer, y sus piernas están atadas al sol.

Correr con una tijera en las manos no sirve de nada, si el cordón no quiere separar sus hilos.

Por eso me destaco criando flores. Soy buen jardinero.

jueves, 17 de febrero de 2011

Inhalo sonriente


Ya llegará, eso que tanto anhelas ya llegará.

Fijamente puedes mirar un frasco en donde una luciérnaga implora libertad, desinteresadamente girarás tu muñeca contrariamente al tiempo para darle luz a su vuelo intermitente.

Uno mismo sabe cuando la dorada brisa, durante un paseo matinal, le llena el alma. Somos capaces de reconocer el paso en dirección frontal. El error se encuentra en no despegar las alas del ventilador, en elegir sufrir como buenos enemigos del despojo.

Las sombras se identifican claramente como viejos protagonistas de seducción. Pero ya no cargan la estirpe de héroes, dejaron atrás los palmares significativos para nuestra elección. Hoy son solo sombras.

Descubrí que la frescura es mas del lúpulo, y no tanto de tu perfume.

Por estos días me retengo dentro mío. Es que soy un soldado de sonrisas, de esos que no dan un paso en falso sin antes haber sentido amor.

Pensándolo bien comienzo a pensar en que te cortaste las uñas. Ni totales, ni francesas, cortas.

Es un alivio el dejar mi enfermedad en un cuaderno.

Linea blanca en mi frente. Sinónimo de sueño, sinónimo de un mañana.

sábado, 12 de febrero de 2011

Solo cuida tus flores


No hay dolores mas desesperantes que los ajenos, esos que uno no puede siquiera oler de cerca.

Nos sentimos atrapados en un pastizal sin salida, en el que cada una de las frescas tiras de hierba nos lastima sin gritarnos un justificativo.

Rodeamos nuestras cabezas en busca de hilos de luz que nos despojen de la culpa. Jamás veremos esa claridad, porque no la necesitamos. La culpa infundada es un disfraz que inventamos al no ver salida alguna. Algo hay que sentir.

Pero también, algo hay que hacer. Encerrarse, reposando en una almohada de lágrimas, o mostrarse erecto y protector a pesar de que el viento nos tire el corazón abajo.

Deja que las nubes de tormenta sean dispersadas por quienes invocan la lluvia. Ellos saben como matar la tempestad.

Simplemente cuida las flores, no dejes que se marchiten. Hoy es tu responsabilidad no dejarlas perecer ante el mas mínimo soplo de dolor.

Inventa risas que expulsen el silencio, crea juegos que fomenten la alegría, y así evitarás que la demencia suplante a la niñez.

Llena de música cada rincón de tu hogar, que las notas de la armonía inunden sus tardes aferradas al sol.

Riégalas todos los días con tu inmenso cariño, ese que siempre emanas a la hora de nombrarlas.

En cuanto a vos, no te abandones nunca. Vas a sufrir inmensamente si el cielo se llegase a partir en dos. Solo te quedará soportarlo, mediante abrazos y afectos incodisionales.

Aférrate a esos seres que simulan ser motor cuando cuesta levantarse.

No justifiques malas decisiones a partir de este embrollo. No.

Que sea un simple tirón de maleza en tu jardín. Pero que, como todo invierno, tiene que terminar.

Tal vez sea saludable, tal vez no. Pero es seguro que existe.

Solo queda correr burlándose de las sombras.

lunes, 7 de febrero de 2011

Esto lleva tu suavidad


Hasta el final.

Hasta que dejes de pintar tus uñas de rojo, y abandones la revolución del corazón.

Hasta que calles tus carcajadas, hasta que calles.

Hasta que mojes tus labios con el polvo del adiós y te bese la muerte.

Hasta que sequen tus mariposas, hermosa, y no encuentren razón de volar.

Hasta que me olviden tus piernas y me saquen ventaja.

Hasta que mis dedos olviden como despertar tus impulsos, y en rocío se convierta tu sudor.

Hasta que los sonidos encuentren la soledad en tus oídos, y dejes el éxtasis.

Hasta que la estética se aleje de tu sangre y en agua te transformes.

Hasta que el aire de tus pulmones vuelva a ser claro, hasta que no signifique nada respirar.

Hasta que el mar se aleje de tu verde, y ya no haya luz en tu jardín de verano.

Hasta que tus ojos pierdan el brillo cuando me miran.

Hasta que pierda obviedad el amor cuando te toco, cuando me tocas.

Hasta que se pierda la última razón de pensarte, o el mundo deje de ser vida.

Hasta que deje de lado la poesía, y pierda el amor por las personas.

Hasta que esos días lleguen.

Hasta el final.

Nube y cielo - Gabo Ferro



Tanto tiempo confundí a la nube con el cielo,
todo el tiempo que dormí, todo el tiempo
Nube, cielo
Cielo, nube y cielo
Nube, cielo,
cielo, nube y yo.
Mientras dormía la nube se iba
a ser parte del cielo de otro que no dormía
Nube, cielo
Cielo, nube y cielo
Nube, cielo,
cielo, nube y yo
Y así vivía
tomando a la nube como el mismo cielo
Hasta que un día se conmovió el trueno
y me despertó antes que cubra la nube al cielo
Trueno!
cielo, nube y cielo,
nube, trueno,
cielo, nube y yo.
Desperté y vi que donde debía estar la nube,
había colores y otro calor,
había perfumes y había un sol
trueno, cielo, nube y cielo
Nube, trueno,
cielo, nube y yo.
Volvés, llovés, llorás, contás
que no podías olvidar la luna,
que soy tuyo, que me amás,
que el cielo cambia, la nube jamás
Trueno, cielo, nube y cielo,
nube, trueno,
cielo, nube y yo.
Me acaricias y reclamás volver a ser todo mi cielo
Pero nube...¿es que no ves
que ahora conozco el sol y el cielo?
Nube, trueno
cielo, nube y cielo
Nube, trueno, cielo, nube y yo
Nube quedate pero ya no me creo que sos el cielo,
ya no me pierdo el calor del sol,
ya no me pierdo el color del cielo
Nube, trueno,
cielo, nube y cielo
Nube, trueno
cielo, nube y cielo
Nube, trueno,
cielo, nube y yo
Nube...Trueno!
Cielo, nube y cielo
nube, trueno,
cielo, nube y yo.