miércoles, 26 de enero de 2011

Migas de verano II


Amor mío, que te has levantado en armas contra el puño martir de mi alma, desenvaina todo tu fuego sin reparos. Cuatro lineas con un mismo punto de fuga me impiden el embate.

Amor mío, que dejas correr tu carcajada por encima de mi dolor mas sincero, mis lágrimas enrojeceran y voltearan tus naves.

Amor mío, que te jactas de la brisa y de la salen tu cuerpo, mi realidad será la dicha que inmute tu recuerdo.

Amor mío, que utilizas mi tabaco y mi confianza con tus hilos, dejaré que el tiempo corra y mi aire lo respire solo quien realmente se asfixie.

Amor mío, que me observas desde un símil olimpo, la humildad no dejará que plastifiques mis deseos.

Amor mío, que no valoras mis riesgos de cordura, la locura no tocará mi puerta hasta que yo decida cortejarla.

Amor mío, que no respetas el arte, tu ignorancia y mi despecho serán los ejes de mi desempeño.

Amor mío, que me negaste el placer envenenando la carne, las flores me devolverán el apetito.

Amor mío, que democratizaste tu belleza sin reparos, la inmadurez de los hombres reflotará mis virtudes.

Amor mío, que destetas nuestro presente por un pasado invernal, tu adiós será cultivo en mi propia tierra.

Amor mío, que invitaste al dolor en resguardo de tu edipo, cuando inventes una vida seremos sendero.

lunes, 3 de enero de 2011

Migas de verano I


Innumerables veces puede verse un tigre corriendo detrás de un ave. Pocas serán las oportunidades en que este la alcance.

Concretamente la búsqueda de lo antinatural para uno se encuentra, paradójicamente, en la naturalidad misma del ser. Puede resultar extraño el querer volar con alas que jamás resultaron expulsadas de nuestros omóplatos, pero excitante será.

La necesidad se basa en lo desconocido, en ese hedor dulce generado por la incógnita de saber si dolerán los retazos de pared pegados al cuerpo.Pero no importa el sufrimiento, sino sobrepasar ese límite disfrazado de duda. Allí es donde verdaderamente se esconde la palabra "placer".

Privilegiados quienes espontáneamente reconocen el sudor de lo añorado. Gozan de buenos augurios los árboles que logran atrapar la lluvia entre sus ramas. Garantías no existen a la hora de estabilizar lo prepotente, lo hermosamente inquieto.

Ese es el motor de la sonrisa, la búsqueda de ese alma delirante, a pesar de la tempestad que pulula en las afueras.

domingo, 2 de enero de 2011

Vísperas de mi

Dejarás de ser un niño, para adentrarte en la filosofía de las pasiones terrenales y no tan efímeras. Aberrante exigencia social.

Imponerme la cultura de la victoria a cualquier precio no es lo que mas me agrada en este momento, de hecho no lo soporto. Encuentro vacío de sentimiento el buscar palmares individuales saltando por sobre cabezas ajenas. Es que soy mas del corazón.

Disfruto de la cálida palabra enamorada en un atardecer de Noviembre, por encima de la parafernalia nocturna encaprichada por el lujo. Me llena de regocijo el saber que encontraré tu abrazo algún día, pero a la vez me hace sentir parte del suelo el reconocer que ese día no es hoy.

Surge una pregunta, siempre una pregunta, siempre la misma: ¿Me perfilo en dirección a la calma social, resignando mis sentimientos medio encriptados en la misma; o, simplemente, creo en mi?

La lluvia persistente con olor a Enero me dirá que hacer, en tu ausencia, en mi vana pero requerida espera. Pero esta vez no pienso ser amigo fiel de la estática y no responder ante el mas mínimo impulso de verdad. No.

Plantaré mis hojas de camino, divulgando por el aire mis colores que de a poco pintan paisajes desteñidos hace tiempo. Mientras tanto, conscientemente, esperaré que mi acuarela se mezcle con tu vicio. Con vos.