miércoles, 20 de junio de 2012

Merezco un soplo de tu aire



"Coquetear con tu locura y el fantasma de tus venas, o con lo que corre por ellas."







De paseo por la feria de tus ganas,

de maleante a trovador de tus virtudes.


Me siento atolondrado,

me siento empedernido,

me siento en tu silencio

y me arrodillo en tus lunares.


Que malgasto mis ojeras,

que persigo un imposible.

No me fio de esta vida,

menos de tus manos acuñadas.

Pero tengo un son de viento,

una caricia de otro mundo

que proviene de tu axila,

de tu seda y tu sonrisa.


No sostengo esta mentira,

no creo en mis errores

ni en las olas sin espuma.

Pero tengo un antídoto de flores

que guardaste en mi garganta.

Se sostiene impredecible,

se agiganta a cada cruce

de tu boca y mis palabras.


Salto de tus perros a mi fe.

Caigo rendido en sinsabores.

Pero puedo agarrar tus piernas,

presionar contra tu estómago

y besar tus esperanzas.


Tengo la canción con la que podemos dormir sin responder al llamado,

Tengo la canción para mirarnos y no ver más allá.



domingo, 10 de junio de 2012

Un vestido color zamba



Voy a fundar un cielo nuevo.

Uno que tenga la voz de tu cuello.

Los días irán de rojos a eternos,

Y allí vivirán canciones y un juego.


Ataré tus pies a la copa de un árbol

y cosecharé tu amor, desde abajo.

Yo te abrazaré con risas de luna,

podremos brindar con vino de lluvia.


 Flotar por el aire, escaparle al baile…para ir a fumar.


 Tu camisa maniatada,

mis ojeras infectadas…

ya no robamos madrugadas,

más bien mañanas resfriadas.


Un pájaro autista custodia la entrada

y solo deja entrar a quien roba mis “mañas.

Tu suave nariz. El clamor de tu espalda.

Cuando te reis…te amo, niña rara.


Flotar por el aire, ir con vos al baile…escapar a fumar.

martes, 5 de junio de 2012

Salto de fe



Soy el fiel reflejo del mismo que dejé de ser hace mucho tiempo. Es una lucha interminable entre lo que debería hacer y lo que camino. Son horas gastadas en presencia de su hábito más acabado y mi nostalgia setentista.

 Podría dejar de mendigar su pan, pero estaría tan abierto al asedio de mis mañanas que me convertiría en el actor principal de un derrotero inigualable.

 Hojas torpes enfrascan su cariño, me las llevo por delante sin reparos ni conciencia. Que predecible mi accionar, que forma tan trillada de ser espiritual.

 Voy a ser serio, siempre y cuando mis actitudes dejen de convalecer y ejerzan una elegante postura ante tanto cambalache. El equilibrio no me interesa, sino modular con verdadera presencia y a su lado. La línea recta es para los cobardes, los aburridos y los estigmatizados. Yo, hoy por hoy, soy de los que buscan “el mareo”.

 Hace frio, mucho frio. Un café no nos vendría mal, con palabras invisibles y significados relativos dependiendo de nuestras ganas. Una risa, una melodía y un par de palabras silenciosas.


Cambiemos nuestros nombres, mi amor. Seamos más etéreos, que el dolor puede esperar.