jueves, 19 de mayo de 2011

No te ahogas

El rumbo puede ser indefinido y estar absolutamente empapado de grises. El desconcierto no es igual a novedad, en este caso.

Imaginamos un camino tormentoso repleto de árboles de dudosa sabiduría, que en cualquier momento pueden estirar una rama. Fantástica extensión de madera revestida con seda, o maldita segregación de maldad con sabia entre sus venas.

En la vorágine del viaje las nubes se acomodan entre ellas, espaciando claros de aire que dan un respiro al eterno creador de amantes, a cualquiera de nosotros.

A veces se levanta una piedra, son dos las opciones: arrojarla con el propósito de condimentar la muerte, o recostarla junto al olor del césped aliviando su pesadez.

De repente la quietud pierde pista, y arrima así el turbulento sonido de la dejadez, de la desesperanza.

Corta las mejillas, literalmente las corta. Es el agua en diagonal hacia tu inconsciente, dejando aflorar que los momentos difíciles pintan de cuerpo al hombre.

No te ahogas. Tus silbidos brillan mas que el oro.

No te ahogas. Tu amor por la libertad deja sin oportunidad a cualquier cipayo entrometido.

No te ahogas. Tu cultura e inteligencia prevalecen por sobre todas las guerras del mundo.

No te ahogas. Tu forma de ser padre me lleva siempre hacia adelante.