Rayos de sol, a través del cristal
envejecen la madera y renuevan el jazmín.
Rayos de sol, dejan caer la sal
nos sacan a la vereda y estiran el reloj.
Mezclo agua y brillo con tu cadera…no nos sienta temblar.
Los santos en remera salen de nuevo a tocar,
mientras ella llora un rato y él me enseña del flaco.
Tirada y fresca nos invita a pensar
que no sólo son tres meses, sino la forma de apreciar.
El arte ríe inmenso sobre la nada,
y el pequeño que transpira las raíces de su mundo.
Yo me imagino que el mar se va a sentar a llorar,
esperando que Enero no nos llegue sin amar.
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