miércoles, 26 de enero de 2011

Migas de verano II


Amor mío, que te has levantado en armas contra el puño martir de mi alma, desenvaina todo tu fuego sin reparos. Cuatro lineas con un mismo punto de fuga me impiden el embate.

Amor mío, que dejas correr tu carcajada por encima de mi dolor mas sincero, mis lágrimas enrojeceran y voltearan tus naves.

Amor mío, que te jactas de la brisa y de la salen tu cuerpo, mi realidad será la dicha que inmute tu recuerdo.

Amor mío, que utilizas mi tabaco y mi confianza con tus hilos, dejaré que el tiempo corra y mi aire lo respire solo quien realmente se asfixie.

Amor mío, que me observas desde un símil olimpo, la humildad no dejará que plastifiques mis deseos.

Amor mío, que no valoras mis riesgos de cordura, la locura no tocará mi puerta hasta que yo decida cortejarla.

Amor mío, que no respetas el arte, tu ignorancia y mi despecho serán los ejes de mi desempeño.

Amor mío, que me negaste el placer envenenando la carne, las flores me devolverán el apetito.

Amor mío, que democratizaste tu belleza sin reparos, la inmadurez de los hombres reflotará mis virtudes.

Amor mío, que destetas nuestro presente por un pasado invernal, tu adiós será cultivo en mi propia tierra.

Amor mío, que invitaste al dolor en resguardo de tu edipo, cuando inventes una vida seremos sendero.

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