lunes, 3 de enero de 2011

Migas de verano I


Innumerables veces puede verse un tigre corriendo detrás de un ave. Pocas serán las oportunidades en que este la alcance.

Concretamente la búsqueda de lo antinatural para uno se encuentra, paradójicamente, en la naturalidad misma del ser. Puede resultar extraño el querer volar con alas que jamás resultaron expulsadas de nuestros omóplatos, pero excitante será.

La necesidad se basa en lo desconocido, en ese hedor dulce generado por la incógnita de saber si dolerán los retazos de pared pegados al cuerpo.Pero no importa el sufrimiento, sino sobrepasar ese límite disfrazado de duda. Allí es donde verdaderamente se esconde la palabra "placer".

Privilegiados quienes espontáneamente reconocen el sudor de lo añorado. Gozan de buenos augurios los árboles que logran atrapar la lluvia entre sus ramas. Garantías no existen a la hora de estabilizar lo prepotente, lo hermosamente inquieto.

Ese es el motor de la sonrisa, la búsqueda de ese alma delirante, a pesar de la tempestad que pulula en las afueras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario