lunes, 20 de febrero de 2012

Trinomio y la nube


Cuando estoy parado siempre caigo sobre tu almohada.

Si uno pierde plumas al volar, quien venga detrás recogerá la fruta, perfumará el anillo y complicará las cosas.

El olor fresco de tus manos sobre mi inocencia es sinónimo de nubes escupiendo certezas sobre las cabezas de quienes no saben amar.

Hoy es todo gris. Si no confías en lo que digo,  sal a tu ventana, abre tu ternura e inspira los sucesos de los últimos días. Esos momentos en los que el café y el hueco en tu espalda baja, dejaron lo simple de la física adentrándose en lo más gastado de mis huesos.

El problema con el gris no son su tristeza, su vejez o su desconfianza. Sino el estructuralismo con que la gente lo saluda. Está todo en tu cabeza, el problema es que también convives con el miedo de dejar el cielo como está, calmo, sencillo y estático; para poder conocer un pez que vuela, solo con emociones como equipaje, pero vuela.

Cinco colores circulares bajando de manera diagonal.

Miles de pasos sin retroceder, como es debido.

Creo que tengo ganas de correr contra el viento, de dejar de estar despierto y colorear un barco. El agua clara, las hojas tristes. La nieve será risas.

Llegó el sol, debo irme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario